El Banco de hábitat está constituido por dos predios que han tenido históricamente una vocación ganadera por más de 40 años. El manejo de estas áreas se realizaba bajo actividades tradicionales que están ligadas a la cultura indígena de la región, en donde no se tenía una delimitación de potreros ni rotación en los mismos, es decir, el ganado transitaba a lo largo de todas las coberturas que conforman el Banco de hábitat, incluyendo las áreas más conservadas, afectando principalmente a nivel del sotobosque la regeneración de las diferentes especies. Sin embargo, gracias al establecimiento del BH y de la vocación de conservación de los propietarios actualmente no se cuenta con ganadería, ayudando a la ganancia de la cobertura vegetal. Lo anterior cobra importancia teniendo en cuenta que el Bosque Seco Tropical es considerado el ecosistema más amenazado del neotrópico debido a su baja representatividad.